Redacción: Dr. Carlos Alberto Larrarte P.
Médico, psicólogo. especialista en Medicina Interna, Medicina Tradicional China, Medicina Ayurveda y Terapias Alternativas, especialista y magister en docencia Universitaria, especialista , especialista en Salud y Riesgos Laborales. Exdirector Departamento Medicina Tradicional China y Terapias Alternativas-UMB. Presidente Comité Ética en Investigación UMB
Apreciado lector.
Desde una visión holística, el ser humano dentro de su equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu, debe ser tratado de una manera integral y complementaria, de tal manera, que la terapéutica vaya dirigida a estabilizar órganos y sistemas comprometidos, teniendo en cuenta la armonización con la mente y el espíritu.
Es así, como en este blog citaremos investigadores que dan fé en sus artículos científicos, de cómo se afecta el hígado por el consumo excesivo de alcohol, a su vez incidiendo de manera importante en la salud cardiovascular; esto por un lado, y por el otro, cómo esa elevación de colesterol y triglicéridos, resultado del consumo frecuente y excesivo de alcohol, de grasas, carbohidratos, terminan generando enfermedades ligadas al sistema cardiovascular, como es la hipertensión, la diabetes, la arterioesclerosis.
De igual forma, nuestro hígado no solo se afecta por el consumo importante de bebidas alcohólicas, si no también por el tipo de dieta alimenticia que incluya excesos de comidas rápidas, fritos, embutidos, gaseosas, alimentos industrializados, entre otros.
Al final del blog, se recomiendan alimentos y productos que debemos tener en cuenta para depurar nuestro hígado, en cualquiera de estas situaciones.
EFECTO NOCIVO DEL CONSUMO EXCESIVO DE ALCOHOL SOBRE EL METABOLISMO DEL HIGADO CON INCIDENCIA EN ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR.
El metabolismo se refiere a todos los procesos físicos y químicos del cuerpo que convierten o usan energía, tales como: respiración, circulación sanguínea, regulación de la temperatura corporal, contracción muscular, digestión de alimentos y nutrientes, eliminación de los desechos a través de la orina y de las heces, funcionamiento del cerebro y los nervios. Al respecto, el metabolismo humano es un proceso constante que comienza en el momento de la concepción y termina con la muerte.
Abarca un amplio espectro de rutas o vías metabólicas que implican sucesivas reacciones químicas a partir de un sustrato inicial (proteínas, hidratos de carbono, aminoácidos, lípidos, minerales y otros) llegando a uno o varios productos finales, a través de una serie de metabolitos intermediarios. La alteración de este proceso en cualquiera de sus etapas, trastorno metabólico, conduce a diversas enfermedades que involucran a los sustratos mencionados (Veliz y Rodriguez, 2016).
Teniendo en cuenta lo anterior, el hígado juega un papel importante en la regulación del metabolismo, ya que interviene en el metabolismo de carbohidratos, de lípidos, biosíntesis del colesterol, metabolismo de aminoácidos, de allí que el hígado en función del metabolismo de carbohidratos regule la glicemia controladas por las hormonas insulina y glucagón, producidas por el páncreas.
En concordancia con esto, dentro de la síntesis de colesterol, dada a través de una amplia serie de reacciones, se encuentra las interacciones con los tejidos periféricos y el intestino; su equilibrio es regulado por mecanismos de retroalimentación entre las vías endógena y exógena (Aguillón, et.al., 2019); esto quiere decir que los lípidos de la dieta (vía exógena)son absorbidos en el intestino (vía endógena) para transportar triglicéridos al corazón, al tejido adiposo y al tejido de los músculos.
Todas estas acciones mencionadas, se deben dar bajo el proceso del homeostasis del colesterol, que hace parte del metabolismo altamente regulado por el hígado, donde alguna alteración en su proceso, determina el desarrollo de patologías de alta prevalencia como la ateroesclerosis, la litiasis biliar.
En consecuencia, esa homeostasis del colesterol, corresponde a ese equilibrio en la regulación de lipoproteínas, que van a estar implicadas en el transporte posterior del colesterol para ser removido de los tejidos periféricos a través de HDL (colesterol bueno), para llevarlo al hígado, a la bilis y terminar eliminándolo a través de la materia fecal. Cabe concluir que, Las HDL (colesterol bueno) son producidas por el hígado (30%) y el intestino (70%) y su función principal es extraer el colesterol sobrante de las células y transportarlo al hígado para su eliminación en forma de ácidos biliares y colesterol en las heces. Este proceso de extraer el colesterol de la periferia y llevarlo al hígado se conoce como transporte reverso de colesterol (Carvajal, 2014).
Para que toda esta transformación produzca su acción, se requiere de unos factores reguladores que modulan la síntesis hepática de sales biliares a partir del colesterol, y que de estar alterado conduce a la famosa ateroesclerosis, que se define como una afección en la cual una placa se acumula dentro de las arterias; y esta placa, es una sustancia pegajosa compuesta de grasa, colesterol, calcio y otras sustancias que se encuentran en la sangre. Con el tiempo, esta placa se endurece y angosta las arterias. Eso limita el flujo de sangre rica en oxígeno (Medlinesplus.gov., 2022).
RELACIÓN CONSUMO EXCESIVO DE ALCOHOL/ ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR.
Recordemos que, nuestro organismo sintetiza su propio colesterol, un porcentaje extra es obtenido de la dieta. El colesterol forma parte de las membranas de nuestras células, sirve como precursor de todas las hormonas esteroideas, ácidos biliares, y de la vitamina D. La ingesta excesiva de colesterol y las mutaciones genéticas en el LDL (colesterol malo) promueven el incremento de colesterol sérico por encima de los niveles recomendables, lo que favorece la génesis del ateroesclerosis, la cual, es el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares (Maldonado, et. al. 2012).
En este sentido, el colesterol presente en nuestro organismo, se obtiene de nuestra dieta alimenticia a través del consumo de grasa saturada y del colesterol en los alimentos que se consumen, lo que terminan aumentando el nivel del colesterol; otro factor importante, el sobrepeso eleva el nivel del LDL (colesterol malo), disminuyendo el nivel de HDL (colesterol bueno), lo que define un aumento en el colesterol total en sangre, teniendo en cuenta, además la forma en que lo sintetiza el hígado.
Cabe recordar, que ese colesterol se absorbe en el intestino delgado, y su absorción está determinada por factores como la edad, la dieta, genética, flora gastrointestinal, cantidad de ácidos grasos que se consumen, consumo excesivo de alcohol.
En esa misma medida, un colesterol alto, es un pre-requisito para la aterogénesis y como la LDL (colesterol malo) comprende el 60-70% del colesterol total sérico, constituye la principal lipoproteína aterogénica. Un LDL colesterol aumentado constituye un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular (ECV) y ocasiona que el colesterol HDL sea reconocido desde hace varios años como el blanco primario de la terapia para disminuir el colesterol (Carvajal, 2014).
Por consiguiente, la enfermedad cardiovascular está íntimamente ligada a factores de riesgo predisponentes como son: el hábito de fumar, diabetes mellitus, hipertensión arterial, las anormalidades en los niveles de colesterol total y sus fragmentos en el suero, el sobre peso/obesidad, historia familiar de enfermedad cardiovascular precoz, la inactividad física, y el consumo excesivo de alcohol.
Ahora bien, vinculando el consumo frecuente y excesivo del alcohol al efecto negativo que produce en el organismo, una vez que el alcohol ingresa al intestino delgado, se absorbe y pasa al torrente sanguíneo para ser metabolizado en mayor porcentaje en el hígado(90%), continua en su ruta metabólica, pero esa ruta metabólica es la productora de la energía del cuerpo y se ve inhibida porque se produce acumulación Acetil-CoA (molécula que interviene en numerosas reacciones químicas) estimulando la síntesis hepática de ácidos grasos e inhibiendo su oxidación, generando de esta forma niveles altos de triglicéridos y de colesterol LDL (colesterol malo).
Por otro lado, habrá mayor producción de cuerpos cetónicos (compuestos químicos producidos en las células del hígado), evidenciando pues una disminución en la concentración de glucosa en sangre. Lo que quiere decir, que uno de los principales peligros del consumo de alcohol es la hipoglicemia (en caso de que también se hayan agotado las reservas de glucógeno hepático y muscular), lo que lleva a la producción de cuerpos cetónicos descontrolada cuya traducción clínica es una acidosis metabólica (trastorno caracterizado por un incremento en la acidez del plasma sanguíneo), algo que resultaría fatal si no se compensa (Evora, 2017).
Cabe señalar que el efecto físico del alcohol no está expuesto a ningún proceso de digestión por lo que en su mayoría pasa primero al intestino delgado para después ser absorbido por el torrente sanguíneo. Sólo una pequeña parte llega directamente a la sangre a través de las paredes estomacales. En la sangre el alcohol es metabolizado (descompuesto para ser eliminado o aprovechado por el organismo) mediante el proceso de oxidación. El primer lugar de oxidación es el hígado, el cual descompone aproximadamente el 50% del alcohol ingerido en una hora. El resto permanece en el torrente sanguíneo hasta ser eliminado lentamente. (Las drogas.net, 2013; citado en Cedeño, et. al., 2016).
Por otra parte, cabe agregar lo que Carmona (2008) afirma en su artículo científico: “El consumo excesivo de bebidas alcohólicas altera el metabolismo de los lípidos, en especial de los triglicéridos…” “Las alteraciones lipídicas atribuidas al alto consumo de alcohol están frecuentemente asociadas a un aumento en los factores de riesgo para la enfermedad coronaria, comúnmente observada en alcohólicos crónicos”. De allí que, el alcohol ingerido en cantidades excesivas tiene un importante efecto tóxico sobre el corazón, no sólo sobre su capacidad de contracción sino también sobre el ritmo de los latidos.
En primer lugar, el exceso de alcohol provoca un aumento en el peso, ya que el alcohol contiene un exceso de calorías. El exceso de las grasas causa un exceso de la presión en las arterias y, consecuentemente, en el corazón. Esto aumenta la presión en las arterias y en el corazón, indirectamente causando un aumento de la presión arterial. En segundo lugar, el exceso de alcohol, también tiene un efecto adverso sobre el funcionamiento de los riñones. Cuando los riñones están dañados, ejercen una presión sobre las arterias, dando lugar a la hipertensión.
La ingesta de alcohol en cantidades excesivas tiene un efecto directamente tóxico sobre las células del músculo cardíaco. La miocardiopatía alcohólica es una forma de miocardiopatía dilatada provocada por el consumo habitual y excesivo de alcohol.
Cedeño, et. al., (2016) concluyen que, el consumo excesivo de alcohol, puede ocasionar miocardiopatía alcohólica (el corazón se dilata y deja de funcionar adecuadamente). También puede generar infartos al corazón. Su consumo regular eleva los niveles de sodio y calcio en la célula y puede producir hipertensión arterial. Cuando se reduce el consumo en personas con hipertensión se logra disminuir la enfermedad. La ingesta aguda de alcohol, puede producir arritmias graves en personas sanas.
RECOMENDACIONES PARA DETOXIFICAR TU HÍGADO .
Se recomienda hacer un tratamiento integral y complementario, que incluya una dieta baja en grasas y consumo elevado de vegetales. Además, incluir en el tratamiento los siguientes productos para acelerar la disminución de ese colesterol malo (LDL), y a su vez detoxificar el hígado y riñones, para prevenir enfermedad cardiovascular.
ALIMENTOS.
Espárragos, brócoli, col, coles de Bruselas, ajo, cebollas, jengibre
El aguacate, así como especias como el comino y la canela
Tomar vegetales de hoja verde como espinacas, acelgas o alcachofas, apio, té matcha
Papaya, melón, piña, granadilla, manzana verde
Usar aceite de oliva virgen, tanto en crudo como para cocinar.
Ciruelas, rábano, cebolla puerro, cilantro, apio
Nueces, semillas de ajonjolí.
Arroz integral
Huevos tibios, pollo sin piel, pescados como el salmón y la trucha
Leche vegetal, agua.
PRODUCTOS PARA ACELERAR LA DISMINUCIÓN DE LOS NIVELES ALTOS DE COLESTEROL (LDL), TRIGLICÉRIDOS, AZÚCAR EN SANGRE Y TÓXICOS.
1.Extracto puro liofilizado de Goji: contienen 19 aminoácidos, entre ellos aminoácidos esenciales. También contiene calcio, potasio, hierro, zinc, selenio y vitaminas como la vitamina B1, B2, B6, C y E. Contiene carotenoides, luteína, licopeno. El contenido de caroteno es superior a la zanahoria lo que le proporciona buenas propiedades antioxidantes. Contiene también ácidos grasos esenciales como el ácido linoleico y polifenoles que protegen el hígado. Ayuda a promover la pérdida de grasa, a disminuir el colesterol, triglicéridos y azúcar en sangre. Tomar 10 minutos después del desayuno, almuerzo y cena (3 veces/día).
2.Extracto puro liofilizado de Acai: por su alto contenido en hierro, vitaminas B1, B6, ácido fólico son básicos para que las enzimas hepáticas realicen sus funciones; además ha demostrado desempeñar numerosas actividades biológicas, incluidas acciones antiinflamatorias, antioxidantes y moduladoras del metabolismo lipídico. Su aporte en hierro fortalece el hígado en la formación de glóbulos rojos, además de fortalecer el sistema inmunológico. Tomar 30 minutos antes del desayuno, almuerzo y cena (3 veces/día).
3.Te Matcha Ceremonial: por su alto contenido de catequinas y flavonoides, ayuda a la reducción de los niveles de colesterol LDL y de triglicéridos plasmáticos. Detoxifica hígado y riñón. Aumenta la eliminación de líquidos y acelera el metabolismo a través del aumento de la evacuación de las heces. Tomar con el desayuno, de medias nueves y de onces (3 veces/día).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CARVAJAL, C. (2014). Lipoproteínas: metabolismo y lipoproteínas aterogénicas. Recuperado en:
CARMONA. J. (2008). Metabolismo del etanol: comparación del efecto de las grasas saturadas e insaturadas en la reducción de problemas hepáticos inducidos por el alcohol. Recuperado en: https://www.redalyc.org/pdf/2738/273820361008.pdf (abril 16 de 2022).
CEDEÑO, J. ET.AL., (2016). Riesgo cardiovascular relacionado con el consumo de alcohol. Recuperado en: file:///C:/Users/carlos.larrarte/Downloads/Dialnet-RiesgoCardiovascularRelacionadoConElConsumoDeAlcoh-5761632.pdf (abril 12 de 2022).
DJOUSSÉ, L. ET. AL. (2009). Consumo de alcohol y riesgo de hipertensión: ¿tiene importancia el tipo de bebida o el patrón de consumohttps://www.revespcardiol.org/es-consumo-alcohol-riesgo-hipertensiontiene-articulo-13137594
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