La distensión abdominal es un síntoma muy frecuente que afecta al 15-30% de la población general, siendo además el síntoma referido con mayor frecuencia por los pacientes con trastornos funcionales digestivos (60-90%). Se describe como una sensación de tensión o hinchazón del abdomen y puede acompañarse o no de un aumento objetivo del perímetro abdominal (Puente, 2017); siendo más común en mujeres, y se presenta como un síntoma o patología única o acompañada de otros trastornos digestivos funcionales (García, et.al., 2019).
En consecuencia, las investigaciones científicas, lo describen como una combinación de mecanismos patogénicos, donde intervienen factores como el incremento de fluidos, de gases, la alteración del tránsito, adecuación de la mucosa intestinal y cambios en la flora intestinal, así como una descomposición bacteriana de alimentos difícilmente no absorbidos en el intestino delgado, y con mayor frecuencia en las mujeres, sin descartar que algunos hombres también lo puedan presentar, pero con menos frecuencia.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Los pacientes individuales pueden sopesar de manera diferente el impacto de la hinchazón y la distensión en su bienestar. Las quejas pueden variar desde un dolor crónico muy angustiante hasta una protuberancia del abdomen simplemente molesta . La hinchazón como síntoma y la distensión abdominal como signo, a menudo se presentan en asociación con otras manifestaciones del síndrome del intestino irritable o dispepsia funcional . Chutkan (2015) afirma, que de las pacientes mujeres que atiende en su consulta médica con colón distendido, sostienen que esa distensión les presiona la vejiga y les produce molestias pélvicas.
Se pueden recopilar algunas pistas a través de una historia dietética detallada, evaluando la frecuencia de las deposiciones y la consistencia de las heces y una técnica de imagen especial para medir la forma abdominal durante los episodios de distensión. (Malagelada, 2017).
La hinchazón y la distensión abdominales son 2 de los síntomas gastrointestinales más comunes. La hinchazón abdominal se caracteriza por síntomas de gas atrapado, presión abdominal y plenitud. La distensión abdominal se define como un aumento medible en la circunferencia abdominal. Estos síntomas coexisten con frecuencia, aunque pueden ocurrir por separado. Por otra parte, la distensión y la distensión abdominal funcional suelen coincidir con otros trastornos gastrointestinales funcionales, como la dispepsia funcional, el síndrome del intestino irritable y el estreñimiento funcional.
La hinchazón y la distensión abdominal pueden desarrollarse por múltiples razones, incluidas intolerancias alimentarias, una infección previa que alteró la microbiota intestinal, una sensación visceral alterada, un tránsito intestinal retrasado o un reflujo anormal (Brian, et.al., 2020).
Hernández (2011) asegura que, la distensión abdominal, ocurre frecuentemente dentro de los desórdenes funcionales intestinales, característicamente se puede exacerbar con las comidas, fluctúa de intensidad, empeora al final del día y puede aumentar a medianoche. Si bien las mujeres sanas informan cambios en el hábito intestinal durante la menstruación, el 40 a 75% de pacientes con Síndrome de Colón Irritable (SCI), informan que la distensión abdominal se exacerba perimestrualmente, lo cual sugeriría la posibilidad de una influencia hormonal en la variabilidad de los síntomas (Chang. L., et. al., 2001; citado en Hernández, 2011).
Muchos pacientes con Síndrome de Colon Irritable (SCI) que se quejan de distensión abdominal, están convencidos que esto es debido a aumento del contenido del gas en abdomen, y dicha posibilidad podría fácilmente sustentarse a través de la fermentación de carbohidratos no digeridos por las bacterias colónicas, o del exceso de aire deglutido (Zar, et.al., 2002; citado en Hernández, 2011). En la misma medida, Agrawal, et.al., (2009; citado en Hernandez, 2011) precisan, que pacientes con SCI y predominio estreñimiento, el tránsito del colón lento está directamente relacionado con la distensión abdominal, e inversamente con la consistencia de las heces.
De modo similar, el término «flatulencia» describe la distensión del aparato digestivo por acumulación excesiva de gases. Los gases acumulados pueden ser de origen gástrico o intestinal. En el primer caso se eliminan por vía bucal, mientras que en el segundo se expulsan por vía anal. Hasta que son eliminados, su acumulación dilata las paredes gástricas e intestinales y, por tanto, las abdominales. Esta distensión abdominal, conocida también como meteorismo, puede alcanzar un tamaño considerable, y es una de las molestias más frecuentes entre quienes padecen flatulencia.
Algunos alimentos ricos en fibra, hidratos de carbono, celulosa, proteínas y grasas, junto con las bebidas gaseosas, pueden provocar la acumulación de gases en el estómago y el intestino. El tipo de alimentación y la diferencia en la flora intestinal hace que algunas personas produzcan más gases que otras, y que algunos alimentos que producen flatulencia en unas personas no lo hagan en otras. (Benedía y Romero, 2006).
Es conveniente agregar que la distensión abdominal ocasionada por la flatulencia, puede ser ocasionada por ciertas patologías gastrointestinales como la úlcera gástrica y duodenal, la indigestión, ciertos fármacos, el estrés, la ansiedad, el estreñimiento, que hacen que cambie el ritmo intestinal cambie, alterando la motilidad intestinal, de tal manera que esos gases se acumulen en el intestino, suscitando la distensión abdominal. Adicionalmente, muchas veces la presencia de gases no solo causa distensión abdominal, sino que también se acompaña de malestar, incomodidad, estrés, dolor pélvico, hasta llegar a empeorar ciertas enfermedades como la hernia de hiato, gastritis, ulcera péptica, o el síndrome del colon irritable, ocasionando un dolor insoportable (ver más información: https://www.maesesalud.com/post/lo-que-la-mayor%C3%ADa-no-sabe-sobre-la-gastritis
De hecho, cabe aclarar que la flatulencia deja de ser fisiológica cuando se asocia a hinchazón y/o dolor abdominal. No siempre los pacientes con molestias tienen una mayor cantidad de gas en el intestino. Muchas veces lo que sucede es que producen y expulsan el gas con rapidez. (Encabo, et.al., 2003).
Es significativo señalar que una alimentación rica en carbohidratos, es fuente de producción de gases y por supuesto de distensión abdominal, ya que el estómago e intestino delgado no digieren completamente algunos de los carbohidratos, azúcares, almidones y fibra, de los alimentos que consume. Los carbohidratos que no se han digerido pasarán al intestino grueso, el cual contiene bacterias. Estas bacterias descomponen los carbohidratos sin digerir y, en el proceso, crean gases (NIH,2022); de allí que se recomiende incluir dentro de la dieta alimentos que contengan proteínas, fibra insoluble, próbióticos y prebióticos.
Es por ello que la fibra, que forma parte de muchos alimentos, pasa intacta a través del intestino delgado. La fibra insoluble tampoco es atacada en el intestino grueso y facilita el tránsito y la consistencia de las heces. La fibra soluble, por el contrario, es digerida en el intestino grueso, produciendo gases (Benedía y Romero, 2006).
Alimentos y bebidas que pueden causar flatulencia y distensión abdominal (NIH (2022).
Vegetales: Espárragos, Alcachofas, Brócoli, Coles de Bruselas, Repollo, Coliflor Frijoles rojos, Frijoles negros, Frijoles blancos, Frijoles pintos Champiñones, Cebollas Frutas: Manzanas, Duraznos y Peras Granos integrales: Salvado, Trigo integral
Productos lácteos: Queso, Helado,Yogur Alimentos envasados con lactosa: Pan, Cereal, Aderezo para ensaladas
Bebidas:
Bebidas carbonatadas, jarabe de maíz, jugo de manzana y de pera, leche de vaca.
TRATAMIENTO
Debido a que estos trastornos son generalmente producidos por unos hábitos dietéticos erróneos a menudo basta con hacer una serie de cambios en dichos hábitos para aliviar el problema.
Los recursos terapéuticos centrados en el mecanismo patogénico presunto o demostrado incluyen la modificación de la dieta, la modulación del microbioma, la promoción de la evacuación de gases, consumo de fibra y consumo de probióticos (Brian, et.al., 2020).
Infusiones de hinojo, infusiones de anís estrellado, infusiones de matricaria, cuyos principios activos tienen acción carminativa (relajan el esfínter esofágico anterior facilitando de esta manera el eructo posprandial) (Encabo, et. al., 2003).
Consumo de fibra insoluble como el psyllium husk.
Consumo de extracto puro liofilizado de Papaya (por su aporte en enzima papaína que facilita el proceso de la digestión, y a su vez desinflama la mucosa gastrointestinal)
Consumo de extracto puro liofilizado de Fruta del Dragón (excelente por su aporte en prebióticos y poder de cicatrización de la mucosa gástrica)
Redacción: Dra. LILIANA MAYA RESTREPO.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
BENEDÍA J. y ROMERO, C. (2006). Antiflatulentos. Recuperado en: https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-antiflatulentos-13096650 (11 de abril de 2022)
ENCABO, B. ET. AL., (2003). Aerofagia, flatulencia y meteorismo. Recuperado en: https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-aerofagia-flatulenciay-meteorismo-13044491 (13 de abril de 2022)
GARCÍA, E. ET. AL., (2019). Distensión abdominal. Recuperado en:https://www.medigraphic.com/pdfs/revmed/md-2018/md182s.pdf. (12 de abril de 2022)
HERNÁNDEZ., D. (2011). Bloating y distensión abdominal: ¿Solamente gas? Una mirada hacia su fisiopatología. Recuperado en: https://www.redalyc.org/pdf/3377/337731604006.pdf
(12 de abril de 2022)
LACY, B. ET.AL., (2020). Management of Chronic Abdominal Distension and Bloating. Recuperado en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32246999/
(11 de abril de 2022)
MALAGELADA, J. ET. AL., (2017). Bloating and Abdominal Distension: Old Misconceptions and Current Knowledge. Recupaerado en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28508867/ (13 de abril de 2022)
PUENTE, J. (2017). Distensión abdominal: Un enfoque fisiopatológico. Recuperado en
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6345029. (abril 13 de 2022)
NIH (2022). Los síntomas y las causas de gas en el tracto digestivo. Recuperado en: https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/enfermedades-digestivas/gas-tracto-digestivo/sintomas-causas
(12 de abril de 2022)
CHUTKAN, R. (2014). La buena digestión. Ed. Penguin Random House Grupo editorial. México D.F.
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